sábado, 7 de febrero de 2009

Cumpliendo el Propósito de Dios para ti

Hola, ¿como estan mis queridos lectores, hermanos y amigos? No los he abandonado mi me he olvidado de ustedes. Quiero que sepan que el proyecto de mi libro va muy adelantado gracias a Dios, que me ha dado la oportunidad de compartir la palabra con todos ustedes.
Estoy aprovechando todo el tiempo disponible a estudiar y profundizar en este tema, y a escribir el libro. Pero quiero darles una pruebita de lo que hay en el libro. El siguiente articulo es parte del capitulo cuatro del libro. Leanlo, disfrutenlo y espero que ministre a sus vidas, asi como ha ministrado a la mia.
No se olviden de correr la voz acerca de este Blog, pronto el libro sera publicado y estara disponible para la venta. Espero su apoyo incondicional, sigan orando mucho por mi y por mi familia. Gracias y que Dios les bendiga. Aqui los dejo con el Tema:
Cumpliendo el Propósito de Dios para ti

Algo que tenemos que entender en el proceso de construcción es que Dios nos ha puesto donde estamos con un propósito, tenemos un trabajo que cumplir. Pero Dios no nos ha dejado sin las herramientas necesarias para cumplir su propósito. Es en esta etapa de construcción, cuando estamos estableciendo a Jesús como nuestro fundamento, cuando debemos buscar cual es el propósito de Dios para nuestras vida. Si lo hacemos de esa manera, no estaremos construyendo en vano, sino que haremos lo necesario para cumplir ese propósito.

Para mí este fue mi primer dilema, una vez comprendí la verdad del evangelio de Cristo y pude entregar mi vida a Jesús, me preguntaba que tenía que hacer ahora que todo en mi vida había dado un giro de 180 grados y me encaminaba a establecer una relación estrecha con Dios. Tuve que despojarme de mi vieja personalidad, despojarme de la vieja naturaleza que habla la palabra para poder empezar de nuevo. (Efesios 4:22 NVI) En la vida de cada uno de nosotros llega un momento de decisión y te aseguro que la mejor decisión es darle a Jesús el lugar que le pertenece en nuestra vida. Yo no sé qué hubiera pasado con mi vida si Jesús no hubiera llegado en el momento apropiado, pero al principio yo no entendía el gran cambio que estaba ocurriendo en mi vida, simplemente decidí dejarme guiar por Dios. Entendía que Dios conocía mejor que yo lo que me convenía a mí como persona, por eso empecé a dejar que la voluntad de Dios fuera la que guiara mi vida.

Una vez que tenemos este hecho claro en nuestra mente podremos establecer un fundamento sobre el cual seguir trabajando en la construcción de nuestra vida porque tendremos una guía y dirección. No estaremos a la deriva pensando que quiere Dios de nosotros. La Biblia está llena de ejemplos de personas que entendieron el propósito de Dios para sus vidas y en todo momento se esforzaron por cumplir ese propósito, el fundamento de su vida vino a ser Dios y se demostró por la manera en como vivieron sus vidas. Un hombre del pasado que sabía muy bien para lo que fue llamado fue Salomón. Quiero usar el ejemplo de Salomón porque el construyo el Templo de Dios, lo cual tipifica la construcción de nosotros como Templo de Dios hoy día. Cuando analizamos el esfuerzo y la manera en que Salomón construyo aquel Templo para la adoración de Dios, podemos entender cuán importante es la construcción de nuestra vida como casa espiritual.

Salomón, hijo del Rey David, fue el primero de los reyes de Israel que tuvo el gran privilegio de construir un Templo permanente para la adoración de Dios. Su padre David, aunque había tenido el anhelo de construirlo, no se le permitió debido a que estuvo muy ocupado en guerras y por la cantidad de sangre que había derramado. Por esta razón Dios le prometió a David que su hijo Salomón tendría esta gran comisión de construir el Templo de Dios. Esta historia se relata en el primer libro de los Reyes y también en segunda de Crónicas. Ambos relatos nos describen con detalle los preparativos que tuvo que hacer Salomón para comenzar la obra, la organización con la que lo hizo y la calidad en la cual se esmero tanto en obtener durante la construcción del Templo.

Nosotros hoy día tenemos tanto que aprender de este relato y es importante que así lo hagamos por el significado que tiene este Templo en nuestras vidas. Primero tenemos que entender el propósito por el cual se construyo este Templo. Cuando leemos el relato anterior a la construcción del templo, vemos que el pueblo de Israel no tenía un lugar específico ni digno en el cual adorar y ofrecer sacrificios a Dios. Se veían en la obligación de ir a templos paganos de otros dioses a ofrecer sacrificios a Jehová. Ahora Salomón tenía la oportunidad de cumplir el sueño de su padre de construir un Templo para Dios y a la misma vez cumplir la promesa que Dios le había dado a su padre. El mismo rey Salomón iba a templos paganos a ofrecer sacrificios a Jehová, y en una de esas ocasiones se le aparece Dios y le dice a Salomón que pida lo que quisiera. Fue en ese momento en el cual Salomón reconoció que era joven y necesitaba conocimiento para poder efectuar el trabajo que se le había encomendado como rey de Israel. Salomón pidió sabiduría, y Dios al ver que no pidió riquezas ni fama, junto con la sabiduría lo hizo el rey más conocido y rico de aquellos tiempos.

Ahora Salomón estaba en posición de cumplir con su propósito y construir aquel Templo para la adoración a Dios. Hoy día, cada uno de nosotros hemos recibido la autorización y el mandato de parte de Dios para construir nuestras vidas como Templo de Dios, como casa espiritual. Salomón inmediatamente se dio a la tarea de planear y conseguir los mejores materiales para el Templo. Podemos leer de estos preparativos en el capítulo 6 de 1 Reyes y en el capítulo 2 de 2 Crónicas. Ambos relatos son similares y vemos como Salomón, inteligentemente utilizo las buenas relaciones que su padre había tenido con el rey Hiram de Tiro, para conseguir los mejores materiales, la mejor mano de obra y los mejores expertos en construcción para así poder completar aquella magnífica obra. Es interesante notar cuantos detalles se tuvieron que organizar para la construcción del Templo, pero Salomón no estaba sin dirección. Cuando leemos un poco atrás, antes de la muerte de David, en el capítulo 28 del libro de primera de Crónicas, vemos como David le dio instrucciones especificas y le entrego los planos del Templo a Salomón.

Hay varias cosas que me impactaron de esta parte del relato y quiero compartirlas contigo porque revelan algo muy interesante acerca de cuan envuelto estuvo Dios en este proceso. En este relato vemos como David reúne a todos los jefes de Israel, en otras palabras a todos los que tenían autoridad y que trabajan junto con David para gobernar a Israel. David empieza por explicarles el anhelo que el tenia de construir el Templo de Dios, pero les dice: “Dios me dijo: “Tu no me construirás ningún templo, porque eres hombre de guerra y has derramado sangre.” 1 Crónicas 28:3 (NVI). Sin embargo después les explica que Dios había escogido a Salomón para que construyera el templo. David se estaba asegurando que aquellos líderes apoyaran a su hijo Salomón en aquel importante proyecto al presentar a su hijo como su sucesor y darle instrucciones específicas. Las palabras que David le dijo a su hijo Salomón, son palabras que nos aplican a cada uno de nosotros, palabras que nos deben ministrar y estimular a empezar y completar la obra de construcción de nuestras vidas.

Quiero que pongas mucha atención a estas palabras y te pongas en el lugar de Salomón, léelas como si fuera Dios, tu Padre Celestial que te las está diciendo a ti. “Y tú, Salomón (puedes poner tu nombre aquí), hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele de todo corazón y con buena disposición, pues el Señor escudriña todo corazón y discierne todo pensamiento. Si lo buscas, te permitirá que lo encuentres; si lo abandonas, te rechazará para siempre. Ten presente que el Señor te ha escogido para que le edifiques un templo como santuario suyo. Así que ¡anímate y pon manos a la obra!” 1 Crónicas 28:9-10 (NVI). Yo no sé si Dios te ha revelado en esas palabras lo que a mí me ha revelado. Pero para mí son palabras tan poderosas y ciertas, que aunque fueron escritas miles de años atrás, tienen un poder extraordinario para nosotros hoy día. Primeramente cuando entendemos que aquel templo que Salomón construiría tenía el propósito de recibir la presencia de Dios, era el lugar donde los israelitas llevarían sus sacrificios vez tras vez para el perdón de sus pecados. Hoy día, al nosotros entender que Jesús se presento como sacrificio una vez y para siempre por nuestros pecados, la presencia de Dios no viene a morar en templos construidos por manos humanas, sino que viene a morar en cada uno de nosotros como templo de Dios o casa espiritual. Entonces tenemos que apropiarnos de aquellas palabras que David le dijo a Salomón y aplicarlas a nuestra vida, entendiendo que Dios escudriña nuestros corazones y discierne todos nuestros pensamientos, si le buscamos, El se deja encontrar pero si lo abandonamos, El nos rechazará para siempre.

“¡Anímate y pon manos a la obra!”

Me puedo imaginar cómo se sintió Salomón, cuando delante de aquella asamblea de líderes, su padre lo declara como su sucesor y le da aquellas palabras de aliento. Lo interesante de esto es que David no dejo sin instrucciones a su hijo Salomón, dice la palabra: “Luego David le entrego a Salomón el diseño del pórtico del templo, de sus edificios, de los almacenes, de las habitaciones superiores, de los cuartos interiores y del lugar del propiciatorio. También le entrego el diseño de todo lo que había planeado para los atrios del templo del Señor, para los cuartos de alrededor, para los depósitos de las ofrendas sagradas.” 1 Crónicas 28:11-12(NVI). Sí, David le entrego a su hijo todos los detalles y planos para el templo, y cuando seguimos leyendo vemos que no solo le dio los diseños y planos, sino que le dio instrucciones específicas de todo detalle hasta lo mas mínimo. No solamente le dio instrucciones, planos y detalles, también le dio abundante oro y plata para todos los utensilios que se deberían de utilizar en el templo.

Ahora bien, podríamos preguntarnos, si el templo era para la adoración de Dios, ¿cuán envuelto estuvo Dios en las decisiones, planos y diseños que David le entrego a Salomón? ¿Eran estas solo buenas ideas que tuvo Salomón, las cuales Dios vio y aprobó para la construcción del templo? Tenemos que conocer la respuesta a estas preguntas, porque podríamos pensar que Dios no estuvo envuelto en estos detalles y solamente se agradó de las ideas de David. Pero no fue así, la palabra nos dice: “Todo esto – dijo David – ha sido escrito por revelación del Señor, para darme a conocer el diseño de las obras.” 2 Crónicas 28:19 (NVI). Todo detalle, todas las instrucciones y todos los diseños o planos, fueron revelados a David de parte de Dios. Esto nos enseña que Dios es un Dios detallista que se preocupa por la manera en que se construye su templo. Dios se preocupa de la manera en que nosotros construimos nuestra vida, sí, Dios está muy interesado y nos ha dado las instrucciones especificas, los diseños, los planos y cada mínimo detalle para que podamos completar la obra de construcción de nuestra vida como casa espiritual.

Hoy te digo a ti, como le dijo David a Salomón una vez más después de haberle dado todos estos detalles, “¡Sé fuerte y valiente, y pon manos a la obra! No tengas miedo ni te desanimes, porque Dios el Señor, mi Dios, estará contigo. No te dejara ni te abandonara hasta que hayas terminado toda la obra del templo.” 1 Crónicas 28:20 (NVI). Apodérate de estas palabras, guárdalas en tu mente y corazón para que cuando venga una idea de desamino o de abandonar el camino del Señor, tengas presente que Dios no te abandonara ni te dejara hasta que haya completado la obra que ha empezado en ti. Es tiempo de poner manos a la obra, es tiempo de decisión. Ya has determinado sacar el terreno malo de tu vida y traer terreno estable para construir el fundamento. Ahora es tiempo de establecer ese fundamento en tu vida, reconociendo que no estás solo o sola en esta construcción, sino que Dios dirige cada paso de tu vida. Salomón no dudo en ningún momento que él había sido escogido para empezar y completar la obra de construcción del templo. Tan pronto tuvo la oportunidad escogió el lugar donde construiría el templo y estableció los fundamentos o cimientos de aquella obra. Lo mismo tenemos que hacer nosotros, tenemos que ser determinados y reconocer el propósito de Dios para nuestras vidas, tenemos que continuar echando a un lado el desánimo y la angustia por cualquier problema que quiera detenernos.

Salomón sabía muy bien la importancia que tenia para Dios la calidad de los materiales que se utilizarían en el templo, y también sabía la importancia de un buen fundamento o cimientos para aquel templo. Una vez que se escogió el lugar de construcción, el cual había sido pre-escogido por su padre David, dice la palabra: “Para echar los cimientos del templo, el rey mandó que sacaran de la cantera grandes bloques de piedra de la mejor calidad.” 1 Reyes 5:17 (NVI). Grandes bloques de piedra, no pequeños, no de un material débil o inestable, sino grandes bloques de piedra y no cualquier piedra, nos dice que eran de la mejor calidad. Interesante porque en aquel tiempo no existían códigos de construcción, pero existía la sabiduría de Dios y el sentido común, el cual lamentablemente muchos constructores ignoran hoy día. Salomón quería estar seguro que aquel templo se construyera sobre el mejor fundamento, el estaba construyendo nada más y nada menos que la casa de Dios y quería estar seguro que fuera una construcción duradera. A medida que vayamos profundizando en nuestra construcción vamos a ver como cada detalle de la construcción del templo aplica a nuestra vida, aun hasta el tiempo que se tardo Salomón en construir el templo. Pero por ahora anímate y manos a la obra, establece el fundamento en tu vida.

El mismo Jesús, en el capítulo 21 de Mateo, después de enseñar la parábola de los labradores malvados, cita las palabras de David en el Salmo 118:22-23 y les dice a los líderes religiosos de su día: “¿No han leído nunca en las Escrituras: “La piedra que desecharon los constructores ha llegado a ser la piedra angular; esto es obra del Señor, y nos deja maravillados”? Mateo 21:42 (NVI). La piedra angular en los tiempos de Jesús, era la primera piedra de fundamento que se ponía, sobre la cual o apoyado en ella todo el edificio se alineaba en su sitio. Jesucristo y su mensaje fueron rechazados por los que supuestamente eran los encargados de construir la vida espiritual en aquel tiempo, hasta el punto de darle muerte. Pero Jesús, resucitó y venció la muerte llegando a ser así nuestra piedra angular, la primera piedra de nuestro fundamento sobre la cual y apoyados en El podemos construir nuestra vida como templo o casa espiritual. Jesús es la piedra de mejor calidad que podemos escoger sobre la cual continuar nuestra construcción. Seamos sabios y al igual que Salomón, ¡seamos fuertes y valientes, pongamos manos a la obra y continuemos construyendo nuestra casa espiritual!
Jose G. Roig

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